Pabellón Dorado: Todo tiene su tiempo
Hay días sorpresivos, esos que jamás piensas que van a pasar…
Mañana de enero 8 am, el sol apenas se asomaba, sentía la brisa fría de invierno, parecía que el tren iba más lento, de lo normal 😛 (o será que estaba ansiosa por llegar a nuestro destino), por si fuera poco nos tocó ir de pie durante todo el viaje. Kyoto es una de las ciudades más mágicas en Japón, ahí se encuentra el Pabellón Dorado (Kinkaku-ji), construido en 1397 como villa de descanso del shōgun (Comandante del ejército).
Al llegar a Kyoto, tomamos un camión que nos dejaría cerca del legendario destino. El viaje empezaba a sentirse más lento pasaba el tiempo y yo empezaba a desesperarme, de repente, ya eran las 2 pm y entre más nos adentrábamos a la ciudad mayor era el tráfico, la desesperación cada vez era mayor al grado de querer bajar del camión y empezar a caminar con el fin de llegar antes de que éste fuese cerrado, una ligera lluvia mojaba apenas el pavimento.
En cuanto se detuvo lo primero que hice fue salir corriendo, si como desquiciada que casi me atropella un camión por andar de acelerada, entonces cuando creí que por fin llegaríamos, nos perdimos unos a otros, la travesía cada vez era más complicada, empezaba a perder las esperanzas, creía que jamás llegaría, empezamos a caminar más rápido el clima cada vez era más frío, entre más subíamos la cuesta más helado era.
Ahí en medio de todo y de la nada…
En cuanto dimos la vuelta, ahí estábamos frente al Pabellón y entonces ocurrió lo inesperado empezó a nevar, una semana antes había deseado tanto ver nieve y ahora estaba pasando, en ese lugar que pensé nunca llegaría, me sentía como una película, no lo podría creer, se volvió algo tan especial e inmortal guarde ese momento para no olvidarlo jamás, los retrasos, obstáculos tenían un objetivo, lo confirme en cuanto a los 10 minutos dejó de nevar, todo había válido la pena, llegó en su momento, la vida me tenía una sorpresa, trataba de estropearlo con mis prisas.
En conclusión:
La vida nos tiene sorpresas 🙂 sólo debemos dejar de sorprendernos, apresuramos al tiempo con el fin de alcanzar una meta u obtener algo cuando el camino es por otro lado, trillado pero cierto, sí es tuyo será tuyo pero no ahora, todo tiene su tiempo y lugar de una forma realmente especial.
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Merary Delgadillo
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